El objetivo de una cosmética natural de calidad es apoyar las funciones de la piel como un organismo capaz de equilibrarse por si mismo, preservar la capa natural protectora de la piel y promover los procesos vitales de la piel.
El instituto de análisis ecológico alemán Ökotest, considera sospechosas de alterar la salud numerosas sustancias habituales en la cosmética, incluso en algunas que se hacen llamar “cosmética natural”. Si comprobamos las etiquetas de muchos productos “naturales” podremos comprobar que no lo son tanto.
Para encontrar un producto de calidad, no sólo debemos fijarnos en el sello, pues bajo mi modesta opinión, muchas multinacionales se están subiendo al carro de lo bio (no sólo en cosmética, la alimentación es otro “agujero negro”) y, como por arte de magia, tienen su propios productos ecológicos, con mis dudas sobre la pureza de su composición. Os dejo una reflexión: ¿tanta producción ecológica hay para llenar millones de supermercados con marcas blancas bio o fabricar cosmética bio?
No todos los sellos bio exigen la misma calidad y hay que tener en cuenta que además estos sellos se pagan, por lo que mi consejo es elegir marcas con gran tradición en el mundo de la cosmética bio/natural, marcas que apuestan por la pureza del producto (Dulkamara, Per Purr, Weleda, Lavera, Taller Amapola, Matarrania…) y desechar estas nuevas que aparecen como ramas de marcas habituales, más pensadas en el oportunismo que en una filosofía de calidad.
Existen numerosos de estos ingredientes que deberíamos evitar siempre que sea posible. El citado instituto alemán Ökotest, ha elaborado un listado en el que podemos identificar varios de ellos. Ojo! hasta en cremas para bebés muy conocidas podemos encontrarlos, ¿relacionados quizás con tantas pieles atópicas?
Si buscamos un poco a fondo, es fácil encontrar información sobre el uso habitual de químicos poco recomendables en nuestro día a día. Un ejemplo muy claro es el Sodium Lauryl Sulfate, componente altamente irritante, ¿qué tal si revisamos las etiquetas de los productos de aseo que usamos a diario a ver si aparece? Un punto por cada producto en el que no lo encontremos 😉
De forma resumida, a la hora de leer la etiqueta de un producto, has de tener en cuenta:
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Lee la cara posterior, en la principal va la publicidad que les interesa darte a conocer y, la mayoría de las veces, no es donde dan la información importante.
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El orden de los ingredientes va desde el de mayor concentración al de menor concentración. Así que si ves en la cara principal “crema de caléndula” pero luego en la posterior es el ingrediente 14 de 20… poca caléndula contiene. Ten en cuenta que los primeros ingredientes constituyen el producto y los últimos son las fragancias y conservantes.
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Lo ideal es que sepas reconocer algunos de los ingredientes nocivos más importantes para que aprendas a descartar un producto rápidamente. Aunque siempre puedes llevar en el bolso una copia del listado de ingredientes sospechosos 🙂
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Si ves “eth” o “PEG”, quizás quieras pensarlo antes de adquirir el producto. El 1.4 dioxane, sustancia asociada al cáncer por diversos estudios científicos, puede estar presente como contaminante en productos formados con uso del óxido de etileno (compuestos “etoxilados”). Entre ellos se citan la dimeticona, el PEG-40, ceteareth-12 y otras sustancias que aparecen con las sílabas “eth” o “PEG”.
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Ten en cuenta que las etiquetas suelen ser engañosas y no van a indicar los ingredientes nocivos que contienen en la parte principal. No importa lo que quieran hacerte creer en su publicidad, para que sea 100% ecológico así lo ha de indicar (todo su contenido es orgánico). De forma general, el certificado ecológico te indica que al menos el 95% de sus ingredientes son eco. En cambio si pone “hecho con ingredientes ecológicos” sólo ha de llevar al menos un 70% de productos eco, el resto ya depende del fabricante.
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Los famosos parabenos están presentes en muchos productos de aseo personal. Algunas de las sustancias de este tipo son contaminantes cuyo efecto hormonal esta asociado según numerosas investigaciones a daños en el esperma, cáncer de mama, etc.
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Para las grandes memorias o para las “chuletas en papel”, podemos tener en cuenta a la hora de elgir: los ftlatos (DEHP, DINP, DIDP, DMP, DEP,DBP…), formaldehidos (o conservantes que puedan liberarlos: quaternium-15, dimetil-dimetil (DMDM) hidantoína, imidazolidinil urea, diazolidinil urea, hidroximetilglicinato de sodio, y 2-bromo-2-nitropropano-1 ,3-diol (bronopol)) y parafinas. (Os recomiendo la web del final para tener la información al completo.)
Otra manera de no dejarnos engañar por la publicidad, es recordar que “natural” no es lo mismo que “ecológico”, pensad que una planta es natural, pero puede estar en medio de una zona muy contaminada y contener plomo, etc, etc. Además es muy fácil decir que un producto lleva ingredientes naturales puesto que el agua ya es un ingrediente natural, pero eso no evita que también añadan químicos. Seguro que nadie querría comerse una fantástica ensalada de sabrosos vegetales aliñada con petróleo, así que en la publicidad pondrían “ensalada natural” o incluso “ensalada con vegetales bio” y si no le damos la vuelta al envase y leemos los ingredientes, no veríamos que el aliño de petróleo también va incluido.
Será el sello ecológico el que te garantice su calidad, pero como apuntábamos a principio del post: “no todos los sellos ecológicos son iguales“, así que como venimos recomendando, hay que revisar etiquetas, ya que algunos productos llevan sello bio con % mínimo de producto real bio, con lo cual estás pagando más por un producto prácticamente similar a cualquier otro no bio e incluso a veces peor. Además no todos los sellos exigen lo mismo para ser concedidos, los hay más estrictos que otros a la hora de exigir calidad. Por ejemplo aunque todos son bio, algunos sellos descartan otorgar su sello a cualquier producto que contenga un ingrediente sospechoso mientras que otros permiten usar ciertos ingredientes en los que hay duda sobre su inocuidad, es más, hay marcas que se han creado su propio sello bio, poniendo ellos sus condiciones, evidentemente mínimas y con un claro propósito de marketing engañoso que deja la calidad a un lado.
Como ya os habréis dado cuenta, con una moda en auge por lo bio y lo natural, estamos hablando ya de “el negocio de lo bio“, donde grandes marcas juegan con el desconocimiento del consumidor. Por eso, que un producto lleve un sello bio o contenga ingredientes naturales, no siempre te garantiza su calidad, no podemos olvidar que la industria farmacéutica y las grandes superficies invierten millones en conseguir un marketing que nos haga creer y ver sólo lo que ellos quieren para así aumentar aun más los ceros de su cuenta corriente a costa de nuestra salud.
Para finalizar, os dejo en enlace a esta web www.hogarsintoxicos.org que os dará gran cantidad de información sobre los químicos que podéis encontrar en vuestros productos habituales. Además para cualquier duda, como siempre, nos tenéis aquí: información@elherbolariodeines.com 🙂